En el anterior post, escribía sobre los rasgos más importantes que debe tener el candidato a unas Elecciones, sean nacionales como las que se celebrarán el próximo 20 de noviembre, autonómicas o locales, como las que se celebraron el pasado 22 de mayo.
En esta ocasión, me gustaría reflexionar sobre qué perfil debe tener uno de los personajes más importantes de esta historia: el asesor de comunicación. Se trata de una figura que, habitualmente está en la sombra, que crea junto al equipo de campaña la estrategia del candidato y sigue cada uno de sus pasos.
Tanto el candidato como el asesor persiguen un objetivo común: ganar las Elecciones pero, para este último, la pérdida de su cliente en los Comicios no supone necesariamente un fracaso ya que esa experiencia forma de parte de su capacidad de adaptación a todas las situaciones y supone un valor añadido importante de cara a ser contratado en futuras Elecciones. En definitiva, que podrá seguir siendo elegido si es buen profesional, independientemente de que algunos de sus clientes haya perdido las Elecciones.
Los hay internos en el propio partido y externos, formando parte de una organización o agencia. Los primeros no solo se dedican al candidato cuando este lo es sino que continúan con él fuera del periodo de precampaña y campaña en función del puesto que ocupe. Los segundos suelen ser contratados ad-hoc para este periodo y no suelen estar ligados a una ideología política.
A partir de esta definición previa, me gustaría hacer una lista de qué conocimientos y aptitudes debe tener un asesor de comunicación:
– Conocimientos de la teoría comunicativa sin la cual, es imposible entender el comportamiento de medios de comunicación y opinión pública.
– Visión estratégica que le permita elaborar una hoja de ruta coherente y adaptada al perfil del candidato y a las circunstancias que envuelven cada campaña electoral.
– Conocimientos de marketing, que son de gran utilidad para «vender» al candidato de una manera adecuada.
– Conocimientos políticos, sin llegar a ser un experto en ciencias políticas ni sociología, sí debe entender en qué contexto nos encontramos. Además, debe conocer a la perfección cómo funciona un proceso electoral.
– Conocimientos en asesoría de imagen, muy ligados al marketing, se trata de construir al candidato, destacando sus virtudes y puntos fuertes y escondiendo aquello que resulte menos atractivo a ojos del votante.
– Relación fluida con medios de comunicación, de tal manera que su networking sea indispensable para colocar el mensaje de manera adecuada a quién debe llegar.
Se me ocurren otros como el conocimiento de nuevas tecnologías, protocolo, idiomas, capacidad de adaptación y de trabajo, con horarios interminables, etc. ¿Se os ocurre algún rasgo más para completar el perfil de asesor de comunicación ideal?