Cada vez son más empresas las que, a la hora de contratar en un proceso de selección, buscan cualquier aparición del candidato en buscadores y redes sociales. Y es que cada vez cobra más importancia la denominada identidad digital.
En su momento, un profesor me comentó que lo primero que debería hacer una persona que quiera destacar en el mundo profesional es gestionar su imagen en Internet. Y no solo se refería al cuidado extremo que debemos tener a la hora de subir fotografías comprometidas y hacer partícipes de nuestros momentos de ocio a compañeros de trabajo y superiores.
Se trata de ser mucho más proactivo, se trata de cuidar nuestros perfiles en redes sociales y ligar nuestra imagen a áreas o campos con los que nos gustaría que se nos relacionara: ciencia, tecnología, moda, enseñanza, etc. a través de foros, blogs o comunidades especializadas.
Este mismo profesor nos comentaba que, en un futuro, todo el mundo tendría una página web personal en la que cualquier persona podría consultar quiénes somos. En este caso, la URL es algo fundamental para que puedas ser encontrado entre millones de datos. Por ello, el registro preventivo de direcciones web que repliquen en la medida de lo posible el nombre de la propia persona o el apodo con el que es o quiere ser conocido es algo muy aconsejable.
Todo ello, podría englobarse dentre de una estrategia de branding personal, que conllevaría la correcta aplicación de una serie de acciones SEO cuyo target es la propia persona.
De igual manera que una organización define una estrategia de marketing y comunicación, nosotros también podemos realizar una destacando nuestras fortalezas y ocultando nuestras debilidades, aprovechándonos de la viralidad que nos proporcionan las herramientas 2.0 y el insignificante coste que puede conllevar, estando presente solo donde nosotros queremos estar, en definitiva, formar parte del mercado de una manera efectiva a la par que responsable.
GEMA DIAZ PALOMAR 