Son cada vez más las empresas de recruitment que buscan candidatos a través de las redes sociales, una tendencia que facilita la búsqueda de perfiles afines al puesto que están intentando cubrir. Por ello, es muy importante que nuestra identidad digital sea cuidada al máximo.
Cuando trabajé en una empresa de Recursos Humanos, los consultores buscaban los candidatos perfectos a través de los currículums vitae que llegaban a través de la página web. En esos tiempos (hablo aproximadamente de hace cinco años) era la manera más fácil de poner en contacto empleador y futuro empleado.
En la actualidad, Linkedin y, en menor medida Xing y Viadeo, son las plataformas en las que se encuentran ambos sujetos. Si antes, la persona que buscaba trabajo tenía que enviar proactivamente su CV, ahora a través de estas redes sociales completa su perfil y se pone en el mercado.
Además, las empresas de RRHH reducen costes al evitar tener que introducir todos los datos de un CV en una base de datos y los consultores ahorran tiempo en su búsqueda al poder filtrar de manera más óptima.
Ahora bien, tener un perfil en este tipo de redes profesionales no basta. En lugares como Twitter se encuentran muchos headhunters y conviene que seamos muy conscientes de a quién queremos seguir y quién queremos que nos siga, además de tener mucho cuidado con lo que twitteamos.
A modo de ejemplo, un consultor puede ver en ti un especialista en moda (por decir un sector) fabuloso por el interés de los tweets que escribes pero, si uno de ellos puede resultar ofensivo, fuera de lugar o inapropiado, has perdido la llamada.
Lo mismo ocurre con Facebook, lugar en el que deben evitarse fotografías demasiado personales. No hay que olvidar que los consultores de Recursos Humanos no solo buscan sino que comprueban cómo es la identidad del candidato antes de llamarle para una entrevista.
Las redes sociales, como hemos comentado en este blogs bastantes ocasiones, son un canal de comunicación más. Por ello, debemos cuidar nuestra presencia en ellos al igual que lo hacemos con nuestra vestimenta o nuestro lenguaje a la hora de acudir a una entrevista de trabajo.