Cuando una empresa se plantea cuál va a ser su estrategia comunicativa para el próximo año, surgen dos alternativas: seguir con la misma tendencia de los últimos tiempos invirtiendo ingentes cantidades en publicidad, o bien optar por la innovación.
Con esto no quiero decir que la publicidad no es efectiva pero un estudio de la consultora Forrester afirmaba que el 70% de los receptores rechaza intenciones comerciales en mensajes publicitarios. ¿Se tienen que convertir los publicistas en los nuevos Community Manager?
La publicidad seguirá siendo efectiva pero no tal y como la conocíamos. Se acabó destinar tres cuartos del presupuesto del departamento de comunicación en este concepto, insertando o emitiendo anuncios en medios generalistas que reportan un beneficio ínfimo.
Estamos en la era de la segmentación, de las comunidades unidas bajo un interés común, de la interacción con el usuario, del diálogo, es decir, de las tecnologías sociales.
Esto provoca en los departamntos de marketing y comunicación un brainstorming intensivo para dar la vuelta a la forma de comunicarse con los grupos de interés. Ante una gran saturación de mensajes, no hay más remedio que innovar. Debemos buscar nuestro target específico, sin «matar moscas a cañonazos» y optimizando el prespuesto al máximo.
La publicidad seguirá en el futuro pero de una forma diferente, más cercana, más sutil, más interactiva. Además, deberá ser mucho más barata.